A cada hora del día, todos los meses del año, París demuestra por qué es una de las ciudades más especiales del mundo. Aunque la capital de Francia es siempre deslumbrante, su primavera tiene un toque especial que te hará sentir como si tuvieras un pase vip para admirar la ciudad en todo su esplendor. Tu historia de amor con París comienza en cuanto pones un pie en ella; ese momento en el que el aire fresco de la primavera acaricia tu piel y el suave resplandor del sol ilumina tus ojos.
Disfruta de la cultura del café en París
Si bien la cultura del café en París se celebra durante todo el año, no hay nada como contemplar la vida de la ciudad con un café o una copa de vino en una terraza durante la primavera. Sentarse bajo el sol hace que la experiencia sea aún más placentera. Para disfrutar del mejor pasatiempo parisino, pasea por los cientos de cafés que bordean las calles principales y recorre uno de los parques urbanos. Es un plan ideal incluso cuando solo tienes unas horas para visitar la ciudad. Sumérgete en el tranquilo ambiente de los parisinos que disfrutan de la naturaleza, relájate al aire libre en una terraza y degusta un café acompañado de la mejor repostería francesa.
Admira las flores de primavera
Seguro que has visto esas fotografías virales de la Torre Eiffel en la distancia y, en primer plano, un mar de alegres flores rosas que te hacen enamorarte de París a primera vista. Créenos cuando te decimos que esas fotos no están retocadas: lo que ves es real, pero no hay nada como contemplar las flores de primavera en persona. La primavera de París es un estallido de color que contrasta con los apagados inviernos, desplegando un caleidoscopio cromático por toda la ciudad: jardines perfectos bañados por la suave luz del sol, hermosos parques salpicados de narcisos y peonías vibrantes, y animados mercados de flores con ramos de cada variedad que puedas imaginar.
Sorpréndete con las fuentes de Versalles
Cuando escuchas la palabra «Versalles», ¿qué te viene a la mente? Sea lo que sea, seguro que será un símbolo de grandeza y elegancia. Visitar los magníficos jardines del Château de Versailles es uno de los mejores planes para disfrutar de la primavera parisina. Admira sus hermosas flores, sus fascinantes variedades de plantas y sus bosques frondosos. Ningún jardín francés que se precie estaría completo sin el elemento del agua. En primavera, las fuentes, las pequeñas cascadas y los estanques reflejan la brillante luz del sol y el azul del cielo en sus superficies. Un lugar incomparable en el que descubrir la verdadera serenidad.
Celebra la Pascua
París siempre es un destino ideal para una escapada de fin de semana. Durante el puente de Pascua se llevan a cabo múltiples celebraciones por toda la ciudad, y el ambiente es relajado y festivo. Durante la Pascua, algunas de las capillas más famosas de París ofrecen servicios religiosos. Si quieres asistir a una misa tradicional en francés, visita la basílica del Sacré-Cœur. También podrás asistir a misas en inglés. ¿Y qué sería de la Pascua sin chocolate? Aunque los franceses son más conocidos por su repostería, los chocolateros del país también destacan por sus elaboradas y hermosas creaciones, con exquisiteces de cacao que parecen obras de arte comestibles. En las tiendas Jeff de Bruges y La Maison du Chocolat encontrarás impresionantes escaparates con huevos de Pascua profusamente decorados y esculturas de chocolate. También puedes asistir a un taller en Le Musée Gourmand du Chocolat para aprender a elaborar tu propio chocolate.
Disfruta de un pícnic en el río Sena
El río Sena, que compite con el Támesis de Londres y el Rin de Alemania, es un emblema icónico de París que atraviesa toda la ciudad y la divide en dos márgenes, la izquierda y la derecha. Con la llegada del calor, ambas márgenes del río se llenan de lugareños y turistas que disfrutan de deliciosos pícnics a la sombra de los árboles. En sus almuerzos no faltan las clásicas baguettes francesas, quesos y vinos y, por supuesto, un buen dulce como colofón. Las tardes de los fines de semana son los mejores momentos para ver la vida pasar, pero conviene llegar con antelación si quieres agenciarte un buen rincón a orillas del Sena; los mejores lugares se llenan en un abrir y cerrar de ojos.
Visita los museos emblemáticos
Aunque la primavera en París trae consigo un clima maravilloso de marzo a mayo, hay un detalle que no se puede pasar por alto: las lluvias de abril. Las lluvias son comunes en toda Europa en este periodo y, aunque puedes disfrutar de unos días de buen tiempo en abril, quizá necesites refugiarte en el interior de uno de los numerosos museos emblemáticos de París. El Louvre es, sin duda, la primera opción. Tu viaje a la capital francesa no estaría completo sin una visita a su característica pirámide de cristal. Las fascinantes exposiciones de este edificio de diseño te atraparán durante horas. ¿Quieres saber cuál es mejor consejo que podemos darte? Reserva tus entradas con antelación y accede al Louvre lo más temprano posible para evitar las multitudes y contemplar con calma la Mona Lisa. Este famoso cuadro de Da Vinci es un imán para los cientos de turistas que anhelan inmortalizar su sonrisa (¡mucho más pequeña de lo que crees!). Si quieres admirarla con tranquilidad y sin distracciones ni cabezas que se interpongan en tu campo visual, madrugar es la clave. Otros museos de visita obligada son el Musée d’Orsay, el Musée de l’Orangerie y el Centro Pompidou.
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